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En cualquier diseño que incluya texto no se pude pasar por alto el principio de la jerarquía tipográfica. Para tener una idea básica de qué es, simplemente imaginate un artículo con un titular, un subtítulo, y el cuerpo del texto.

Este enfoque básico de tres niveles se puede aplicar a cualquier tipo de diseño, desde tarjetas personales hasta sitios web.

Nivel Uno: El titular o nivel uno de la tipografía, será el contenido más importante. Este debe ser el elemento tipográfico más visible y por donde ingresamos al diseño o comenzamos la lectura.

Nivel Dos: El nivel dos por lo general ayuda a organizar tu diseño en secciones o información relacionada con un grupo concreto. No debe sobresalir tanto como el nivel uno, pero los espectadores deben distinguirlo claramente.

Nivel tres: Para un diseño de mucho texto, el nivel tres es el mensaje o propósito completo que vas a transmitir. Puede ser largo o corto, todo un artículo o una breve nota. Pero lo principal es que sea fácil de leer, no uses una tipografía demasiado pequeña.

Las jerarquías tipográficas no son el único aspecto a considerar, también prestá atención a la composición tipográfica. La categoría de una fuente (sans-serif, serif, script o de fantasía) y su estilo (negrita, cursiva, itálica, etc.) puede mejorar o destruir un diseño.

Pensá en los tipos de letra como en tipos de personalidad. Algunas son fuertes y extravagantes, otras sencillas pero interesantes, y otras son flexibles y se adaptan en función de quien las acompañe.

Utilizá estas cualidades estratégicamente para mejorar tu diseño. Mientras que la jerarquía tipográfica organiza todo el conjunto, la elección de un estilo u otro le otorgará a tu diseño una personalidad y transmitirá un estado de ánimo en concreto.